La historia de este sitio arqueológico me fascina: en los
años 70 la arqueología Mexicana establecida tenía una visión centralista. Se creía que
en México las grandes culturas eran los Mexicas (Aztecas) y los Mayas, en el
centro y en el Sur este del País respectivamente. Según esta visión en el resto del país había poco
que descubrir, especialmente en el norte y en el occidente de México.
Sin embargo un norteamericano Phil Weigand se aventuró a creer algo
diferente, llego a la zona de los valles en Jalisco, muy cerca del pueblo de Tala y de la ciudad de
Guadalajara con la idea de encontrar algo. Pronto encontró rumores de unas
ruinas en las montañas cerca del pueblo de Teuchitlán. Ahí comenzó a observar
el sitio y empezó a trabajar en él. Tardo 20 años en documentar el sitio lo
suficiente para que los gobiernos de Jalisco, Michoacán y el INAH le dieran
credibilidad. No solo contradijo a la arqueologia establecida si no que encontro una cultura y sus vestigios, contemporaneas de la Teotichuacana; cientos de años anteriores que los aztecas y mayas.
Los Guachimontones no solo son un pequeño sitio al cual el público puede visitar. Según los arqueólogos del lugar consta de más de 19 hectáreas de las cuales solo el 10% se han escavado. Se cree que esta tradición se extendió en diversas partes del estado de Jalisco incluyendo otros sitios en Nayarit y en Sinaloa. Se dice que tuvo su período de apogeo entre los años 200 y 400 d. C, desapareciendo hacia el año 900 d. C.
Los Guachimontones no solo son un pequeño sitio al cual el público puede visitar. Según los arqueólogos del lugar consta de más de 19 hectáreas de las cuales solo el 10% se han escavado. Se cree que esta tradición se extendió en diversas partes del estado de Jalisco incluyendo otros sitios en Nayarit y en Sinaloa. Se dice que tuvo su período de apogeo entre los años 200 y 400 d. C, desapareciendo hacia el año 900 d. C.
Su singular Arquitectura, sus pirámides redondas (Montículos)
son únicas en cantidad. (Pues recordemos que en Cuicuilco hay un montículo similar,
así como en Calixtlahuaca donde hay una vinculación especial pues
se cree que tanto ahí como en la tradición teuchitlan adoraba al dios Ehécatl, El
dios del viento)
Debió ser increíble presenciar una ceremonia en el 400 D.C. con
la tradición en su máximo esplendor.
Aquí una animación de cómo pudo haberse visto.
Aquí una animación de cómo pudo haberse visto.
Sin embargo parecen no ser los únicos vestigios circulares. En
España se localiza un montículo que pareciese tener una similar estructura. Y por
su parte fotografías de Marte revelan montículos misteriosos.
Finalmente solo para llamar la atención más del tema recordemos lo ocurrido con los cultos
cargo, estos cultos que imitando a los aviones. ¿Serán los montículos imitaciones
de naves circulares? Des pues de todo estos montículos son dedicados al dios Ehécatl
y durante la ceremonia además de simular círculos concéntricos el sacerdote
imitaba el vuelo de un pájaro.
En Fin lejos de más especulaciones es un gran sitio para visitar si vienen a
Guadalajara, México y una parte más de la diversa cultura de México.
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