"Tú y
yo somos las misma sangre" Mowgli, el niño perdido en la selva y criado
por los lobos de la inmortal obra de Rudyard Kipling "El Libro de las
Tierras Vírgenes", tiene para los masones y para los scouts, significados
profundos que van más allá del cuento y la circunstancia, pues relacionan el
desarrollo del ser humano desde su plano material hasta el espiritual mediante
el mundo analógico de la selva con la sociedad de hombres. Breve resumen de la
obra Un niño de casi dos años logra escapar del ataque de un tigre contra su
aldea y huyendo hacia la selva, se esconde en la pequeña hendidura de una roca,
donde tiene su cubil una familia de lobos, quienes con gran perplejidad sólo
atinan a cuidarlo y protegerlo de la fiera que sigue su rastro haciéndole lugar
entre sus cuatro cachorros que amamantan. Los animales de la selva hablan y se
expresan inteligentemente y en particular, los lobos que lo recibieron, sus
padres y hermanos adoptivos. Éstos, aunque el niño es un cachorro de hombre,
enemigo de su especie; superior a ellos por su valor y por su razón, deciden
incorporarlo, para mayor protección, a su manada, que autodenominan "El
Pueblo Libre", y lo llevan al Consejo lugar de reunión de la manada de
Seonne, conformada por casi cuarenta lobos, dirigida por el grande y silencioso
lobo gris Akela desde la altura de una roca. En la reunión de la Roca el
Consejo a la que asistían todos los lobos y otras fieras que acataban la Ley de
la Selva, los cachorros eran presentados para ser reconocidos y respetadas sus
vidas al transitar por la selva. En el caso de Mowgli, fue cuestionada su
incorporación por el tigre Shere Khan, aduciendo que le pertenecía, ya que era
una presa que había escapado de sus garras y que, no siendo lobo, mal podría la
manada adoptarlo. Ante la duda surgida, Bagheera, la pantera negra, alzó su
aterciopelada voz ofreciendo un toro recién muerto por ella que yacía a corta
distancia, a cambio de la vida del cachorro humano y su aceptación como miembro
de la manada. Akela, el jefe desde su alto sitial, observaba atentamente
mientras, periódicamente, lanzaba su aullido: ¡Mirad bien!... ¡Oh, lobos!...
¡Mirad bien! Analizada la conveniencia del trueque, la manada acepta, mientras
la pantera triunfadora dirigiéndose al gran tigre cojo le grita: "Este
cachorro de Hombre que hoy querías matar, algún día bailará sobre tu
piel". Algunas reflexiones Si asimilamos el Consejo de la manada a la
tenida de logia (1), a Akela con el Venerable Maestro y el análisis severo con
el estudio profundo de la Cámara del Medio para la incorporación de un nuevo
miembro, podríamos ver una interesante analogía con la Orden masónica. Pero, no
bastó con la ceremonia de incorporación de Mowgli al grupo, fue necesaria una
larga y dura educación hasta los siete años para poder desenvolverse como un
real miembro del Pueblo Libre. (2) Es entonces cuando hace su aparición el gran
oso Baloo (representando al Segundo Vigilante) encargado de la enseñanza de los
cachorros, que debió enseñarle la Ley de la Selva. (3) "La caza es solo
para alimentarse y no una forma de placer. Que es necesario respetar a los
otros pueblos y sus territorios de caza, como ellos lo hacen con nosotros. Un
pueblo sin Ley no merece llamarse pueblo y no es digno de tratar con el Pueblo
Libre cuyos miembros se reconocen entre si por PALABRAS SAGRADAS (4) y por
ende, los cachorros o aprendices deberán conocer las de cada especie. Estas
palabras abrirán el corazón y los brazos de todos los hermanos que las
escuchen, y que traducidas a todos los lenguajes significan maravillosamente:
"TU Y YO SOMOS DE LA MISMA SANGRE". ¿Quiénes pueden tener la misma
sangre, sino los hermanos? Esto, desde luego, conlleva un deber fundamental
entre ellos: el de asistirse y protegerse en los momentos de necesidad con
verdadero fervor. Estas palabras son sagradas, pues contienen la magia de la
Fraternidad y pareciera ser el gran mensaje que Kipling quiso legar a toda la
Humanidad y en especial a los jóvenes. No es extraño entonces, que Baden-Powell
eligiera como modelo utópico de a esta organización en la selva, para enseñar
en los niños, jóvenes y adultos el respeto y la admiración por la naturaleza,
convirtiendo así a cada uno de ellos en hermanos de la vida y cuidadores de
ella. He allí la fuerza del escultismo y he aquí la fuerza de la masonería.
Pero con gran sabiduría y espíritu crítico social, nos muestra en su obra a un
pueblo especial y, aunque sus miembros se parecen extraordinariamente a los
hombres, no merecen el respeto del Pueblo Libre ni de sus aliados. Es el mundo
de los monos de cola larga que viven en los árboles, los bandarlog. Seres pequeños,
carentes de honor y ley, pendientes del quehacer de todos los miembros de la
Selva para criticarlos y burlarse de ellos. Viven creyéndose Hombres y ocultan
su debilidad, en la masa, pues viven entre las ruinas de una vieja ciudad
abandonada, otrora magnífica, a la que llaman Cubiles Fríos. Estos monos
capaces de brillantes discursos y fabulosos proyectos, al carecer de valores
violan las mismas leyes que crean de un instante a otro y están prestos a
enunciar otras de inmediato. Olvidan las promesas solemnes sin ningún
remordimiento y su carácter rencoroso y violento los hace destruir lo que han
construido. Como se saben despreciados y conscientemente ignorados por los
miembros del Pueblo Libre, se mofan de ellos y lanzan desde lo alto inmundicias
a su paso. Sólo temen a Kaa, la vieja serpiente pitón de diez metros de largo,
la que con sus lentos y calculadores movimientos, danza ante ellos
hipnotizándolos para devorarlos pausadamente en la oscuridad. Mowgli, por
ignorancia y la reconocida omisión involuntaria de Baloo, acerca de las
características de este pueblo, tendrá con ellos una violenta experiencia de la
cual sólo se librará con la ayuda de tres leales amigos y consejeros: Baloo,
Bagheera y Kaa, que como quizás la trilogía simbólica que conocemos: la Belleza
del estudio, la Fuerza del verbo y la Sabiduría de la conciencia cultivada,
acompañan al Hombre iniciado en el transcurso de su viaje librándolo de los
males y los vicios e impartiendo luz y justicia en la oscuridad de la
ignorancia para los necesitados, que ciegos como mariposas nocturnas, giran
hasta quemarse en torno a la mentira y el vicio. Kipling, nos dice que la
masonería nos prepara para formar las filas del Pueblo Libre y escapar así a la
tentadora posición de los hombres Bandarlog, quienes inconscientes del mundo en
que viven, por sus intereses y egoísmos personales, destruyen su hábitat y el
de los demás seres y, quizás lo más grave, destruyen su propio mundo
espiritual, al burlarse de la amistad, de la solidaridad, de la caridad, de la emoción
de un amanecer, de las lágrimas de miedo de un niño, de un poema con faltas de
ortografía; son los mismos que deforman la fraternidad bajo el signo del oro y
reducen el amor a una intrincada combinación química. En síntesis... ¡matan el
alma! La vanidad y la mediocridad son socios peligrosos para el espíritu. La
mediocridad, ese oscuro punto medio que autoengaña al hombre, es un cáncer que
ahoga entre sus numerosos tentáculos a los pobres de espíritu y a los pobres de
voluntad. ¿Para qué hacer las cosas bien, si las malas las aceptan o lo que es
peor, tienen que aceptarlas? Con su acción, los hombres bandarlog, impregnan de
olor a miseria y desidia a todo lo que los rodea, alcanzando a infectar
instituciones completas culpando por ello a la raza. Esta actitud, felizmente,
no es la que nos brinda un hombre que se siente masón o se siente scout, al
contrario, sus ejemplos generosos y abnegados que nos ofrecen a cada instante y
nos reconfortan día a día. No hace mucho, escuché decir burlescamente en el mundo
profano la frase: "Al amigo todo, al enemigo nada y al desconocido la
ley" y me pregunté angustiado: ¿Qué valor tiene entonces la ley?... ¿La
cicuta de Sócrates, acaso no valió de nada? En esta época donde la confusión
valórica juega al azar con la vida del hombre y del planeta, sería interesante
retomar esta obra, releerla con la visión superior del iniciado, analizarla y
extenderla a todos en complemento con esa página inmortal del Hermano Kipling:
el "Si", ya casi desconocido y así poder decir con sentimiento
sincero a todo hombre, a todo río, a todo bosque, a todo ser que encontremos en
nuestro sendero...con una sonrisa de vida y los brazos abiertos: "Tú y yo
somos de la misma sangre".
"Revista
Masónica de Chile" de Mayo 1999 y su autoría pertenece al Sr. Manuel
Gandarillas de la Logia "Abrazo Fraternal".
(1) Tenida se le llama a la reunión masónica.
(2) Kipling llama "Pueblo Libre" a la Manada. Los masones son
"free- masons" (constructores libres), haciendo hincapié en la
Libertad y en ser un "hombre libre y de buenas costumbres") (3) El
Segundo Vigilante es el instructor de los aprendices masónicos (4) En la
Masonería se utilizan palabras de pase, toques de manos especiales, etc.
http://groups.google.com/group/secreto-masonico/browse_thread/thread/fd16f5731c2c0d16?hl=es
As reported by Stanford Medical, It's indeed the one and ONLY reason this country's women live 10 years longer and weigh an average of 42 pounds less than we do.
ResponderEliminar(And really, it really has NOTHING to do with genetics or some secret exercise and really, EVERYTHING about "HOW" they eat.)
BTW, What I said is "HOW", not "what"...
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